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The Artist is Present

Este es el nombre de la exposición donde conocí el trabajo artístico de Marina Abramovic durante mi visita a Nueva York en 2010. En ese entonces ya llevaba 3 años practicando posturas de yoga, pero todavía no me había acercado a la meditación zen. La principal pieza que Marina estaba ejecutando ese año en el Museo de Arte Moderno (MoMA)1 tenía abarrotado la cuadra entera por personas que deseaban participar en uno de los más impresionantes performance2 que ha realizado la artista.

La gente esperaba hasta una hora en la fila para sentarse cinco minutos frente a Marina, observarla a los ojos y dejar que ella regresara la cortesía con su profunda mirada; después cerraba los ojos, pasaba la siguiente persona y nuevamente hacía esa conexión con el participante en turno. Esto sucedió así durante 30 días, acumulando 736 horas y 30 minutos de ejecución. Además de esto, se exhibió una retrospectiva de todo el trabajo que había realizado desde 1965, utilizando principalmente su cuerpo como herramienta y un gran dominio de su mente para sostener sus extremas acciones artísticas por muchas horas, trascendiendo el dolor y el cansancio. Esto me cautivó completamente en aquel entonces. Compré varios libros y devoré todo el material audio-visual que pude encontrar en internet sobre ella cuando regresé de mi viaje. Recientemente vi el documental InnSaei en Netflix donde le hacen una breve entrevista sobre la intuición y otras capacidades de la mente. Las pocas palabras que comparte ahí resonaron con mi propia experiencia durante la meditación. Esto me motivó a retomar los libros donde encontré estos maravillosos comentarios que quisiera compartirles, pues expresas cabalmente lo que uno puede experimentar en la práctica de zazen3.


Abramovic: “El ABURRIMIENTO es muy importante… tienes que ir más allá del aburrimiento o detrás de él. En algunas de mis piezas, cuando nada está sucediendo, trato de eliminar cualquier clase de expectativa de la pieza. No hay principio, desarrollo y fin. Es sólo nada. Es presencia. Es pura presencia. La primera reacción puede ser aburrimiento, pero si vas más allá del aburrimiento algo ya ha sucedido. Por lo tanto el aburrimiento es muy importante. Es casi crucial… En una ocasión presencié una pieza del artista Nam June Paik donde solamente se paró frente a un micrófono y empezó a repetir una y otra vez: -Esto va a ser una pieza muy aburrida. Por favor, abandonen la habitación. Esto va a ser una pieza muy aburrida. Por favor, abandonen la habitación.- Después de diez minutos la gente en verdad empezaba a irse. Yo me quedé junto con otras doce personas, pues tenía mucha curiosidad de saber qué iba suceder. Entonces, nos dio un maravilloso concierto. Fue como un umbral que uno debía pasar en orden para obtener algo especial. La idea de hacer nada es tan extraña para nuestra cultura (occidental) porque constantemente tenemos que hacer o conseguir algo, incluso en nuestro tiempo libre…. Cuando estuve con los Tibetanos me dijeron: - Cuando te despiertas en la mañana y tienes enormes cantidades de energía, ¿qué haces? Vas de compras o llamas por teléfono a tus amigos o haces cualquier cosa y gastas esa energía. Luego regresas a casa, bebes algo, te cansas y te vas a dormir. Pero si tienes toda esa energía, siéntate en una silla a hacer nada y observa qué sucede. Toda esa energía que va hacia afuera, se vuelve hacia adentro y algo muy diferente sucede…. Al hacer nada con mi obra intento elevar el espíritu de la audiencia. Ese es mi principal objetivo, no apagar el espíritu. Ya hay muchas obras que hacen eso, es muy fácil apagar el espíritu de los seres humanos, pero crear un tipo de obra que casi está vacía de contenido, pero que aún tiene un tipo de energía pura que eleva el espíritu del espectador.

Es lo mismo con el DOLOR. Hay tanto conocimiento secreto siendo preservado porque el dolor es como una puerta. Se tiene que entrar a través del dolor hacia el otro espacio. Eso es lo que son todas las supersticiones. Es por eso que muchos aborígenes durante sus ceremonias literal y clínicamente se mueren en orden para entender qué hay detrás de todas estas cosas. Nuestras mentes intentarán cualquier cosa para engañarnos y hacernos creer: -No, no, esto es doloroso. No puedo hacer esto.- Y en realidad cuando entienden el dolor ya no importa más. Puedes hacer cualquier cosa. Puedes detener el dolor, puedes eliminarlo de tu conciencia”. Durante un sesshin4 largo, al tercer día Nyogen Roshi5 siempre nos recuerda del “umbral” que se está a punto de cruzar donde la mente empieza a asentarse y el dolor del cuerpo comienza a disminuir. Incluso a varios practicantes nos ha sugerido que cuando el dolor de la rodilla o de espalda esté a punto hacernos desfallecer, nos concentremos únicamente en sentir el dolor, en verdad sentir el dolor, y como por arte de magia, ¡desaparece! Lo mismo nos sugiere Hosso Sensei6 cuando el sueño nos está invadiendo. Nos dice que dejemos de pelearnos y simplemente dejarnos sucumbir ante él. Y justo cuando hacemos esto, parecería como si hubiéramos tomado una jarra de café.


Sigamos leyendo a Abramovic: “El PELIGRO también es muy importante para mí porque trae al tiempo al punto del aquí y del ahora, al presente. La mente se escapa cada segundo. Cada vez que parpadeamos surge otro pensamiento. Entonces, para detener el tiempo, para sólo estar en el presente, tienes que estar en una situación extremadamente peligrosa. Por eso monto situaciones donde tengo que realizar cosas peligrosas, para que el público y yo estemos en el mismo espacio al mismo tiempo… Por eso siempre trato de estar parada cerca de una orilla o sobre una escalera con cuchillos. Ese es el punto. Incluso si pierdo la conciencia, si me siento mareada por falta de comida o sólo físicamente débil, para mí ese momento es el punto preciso para estar parada porque ese es el punto en donde puedo estar en el aquí y en el ahora, en el presente”. Estas palabras de Marina me recordaron una horrible situación por la que pasó una gran amiga el año pasado, sin embargo también le regaló una nítida claridad mental que nos mostró a todos los que meditamos junto a ella, la eficacia de la práctica y el por qué no debemos soltarla. Nunca se sabe cuando podría salvarnos la vida.


Aunque no se acerca en lo mínimo a una situación peligrosa, un retiro de meditación, incluso uno breve de fin de semana, es de alguna manera una situación extrema en la que uno sale de su comodidad habitual guardando silencio por varios días, racionando los alimentos, limitando los horarios de sueño o incluso realizando tareas a las que no estamos acostumbrados. El objetivo es mantenernos atentos del momento presente. Bendo Romo, compañero de meditación, lo expresó muy bien en nuestro último retiro: “Si me estoy quedando dormido frente a la pared, probablemente es porque ya estoy instalado en una zona de confort de la que debo salir lo más pronto posible exigiéndome más”. Cuando más pretextos encontramos para no sentarnos a meditar en casa o asistir a un retiro, es el punto preciso para estar frente a la pared o en el Zendo7. Por último, me gustaría compartir esto que dice Marina: “El concepto de la VERGÜENZA es increíblemente importante. Es muy interesante porque la vergüenza es algo con lo que la gente no le gusta lidiar mucho. Hacer cosas con vergüenza, decir cosas de las que te avergüenzas o exponerte de manera desvergonzada, es como abrirte a la audiencia. Ser totalmente vulnerable es algo que realmente derrumba las paredes entre ti y el público. Eso es muy importante. No nos gusta lidiar con la vergüenza, incluso nos avergüenza admitir ciertas cosas ante nosotros mismos, ya ni hablar de amigos o grandes públicos. Por eso a veces, la vergüenza me parece más interesante, incluso que el mismo dolor”.

Precisamente en mi último daisan8 con Hosso Sensei, platicábamos sobre los cambios que devienen con la práctica de la meditación. Uno de ellos es el derrumbe de nuestra gran efigie ilusoria, académicamente conocida como el Ego o Auto-imagen entre los que todavía no nos iluminamos. La meditación no es otra cosa que observar y escuchar nuestros pensamientos que eventualmente se convierten en palabras o acciones, a veces conscientes, pero la mayoría de las veces de manera inconsciente. Empezamos por “cachar” características que no nos gustan en nosotros; si somos osados las admitiremos y enseguida vamos a intentar cambiarlas. Mas para hacer esto debemos obrar fuera del personaje que tenemos tan bien ensayado. Eso implica actuar sin libreto y errando torpes a cada momento sintiéndonos desenmascarados, desnudos y, efectivamente vulnerables. Pero como diría Pema Chodrom, es la única forma de poder encontrar en nosotros mismos, aquello que es indestructible. En el caso de los artistas como Marina: aquello que nos hace GENIALES.


Espero haber despertado su curiosidad sobre el trabajo de Marina Abramovic. Pueden explorar internet donde encontrarán varios textos y videos, pero especialmente espero despertar su curiosidad por sentarse a meditar o asistir a un retiro de meditación, pues la vida no debe ser un acto simplemente contemplativo, sino también experimental. La principal función del arte es generar una reacción, una chispa que detoné la energía creadora en el espectador, incitarlo a vivir o como dice Abramovic: ELEVAR SU ESPÍRITU. Los invito a participar en los retiros que se realizan un fin de semana al mes en el Templo del Escorpión Negro. Pueden obtener más información o inscribirse a través de su sitio oficial www.tenocotitlan.com

1 Museum of Modern Art 2 Una muestra escénica, muchas veces con un importante factor de improvisación, en la que la provocación o el asombro, así como el sentido de la estética, juegan un papel principal. 3 Meditación sentada 4 Gran Maestro o Abad 5 Maestro 6 Retiro de meditación de varios días, semanas o meses. 7 Lugar destinado para la práctica de zazen. 8 Entrevista personal con un Maestro.


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